El Alcázar de Segovia es uno de los castillos más impresionante de España. Basta un poco de imaginación para transformarlo en un escenario de leyenda.
La fortaleza, cuya silueta recuerda la de un barco, goza de una situación privilegiada, en el extremo de un promontorio rocoso en cuya base se juntan los ríos Eresma y Clamores.
Probablemente estuvo ocupada desde la época de los celtas, pero fue transformada en alcázar (residencia real) en el siglo XIII y adquirió su aspecto gótico en tiempos de Juan I y de Enrique IV. Su restauración ha sido continua después de un grave incendio que tuvo lugar en 1862 y que estuvo a punto de destruirlo definitivamente. Sin embargo, en 1882, bajo el reino de Alfonso XII, comenzó su reconstrucción que desde entonces nunca fue interrumpida.